miércoles, 22 de julio de 2015

Empresas para el largo plazo



Hoy me ha venido a la cabeza el cubo Rubik, ¿os acordáis? Fue uno de los juguetes clásicos de nuestra niñez. A mí me lo regalaron cuando tenía siete años; emocionado, me lo llevé a mi habitación y lo dejé encima de la mesa, para luego quedarme mirándolo fijamente. Recuerdo que solo era capaz de hacer dos movimientos sin mezclar los colores para luego volver atrás. Entonces mi padre entró en la habitación, cogió el cubo y empezó a girar las caras. Yo lo miraba atónito mientras desordenaba mi cubo, intentando memorizar aquellos movimientos. Fue inútil, claro. Me miró y me dijo: "ves, ahora tu tienes que ordenarlo y dejarlo como al principio". No hace falta decir que me dejó todo lo desolado que puede estar un niño de siete años (quien aún se acuerde de su infancia, sabrá que la desolación a esa edad puede ser "grandísimamente" infinita, vaya). Al cabo de un rato, mi padre volvió a mi habitación y miró el cubo, que volvía a estar encima de la mesa. Recuerdo su sorpresa al verlo perfectamente resuelto: me miraba a mi y después al cubo, alternativamente. Al cabo de unos segundos me preguntó cómo lo había hecho, aún incrédulo. Y yo le dije, con la tierna inocencia de la que solo es capaz la niñez: "muy fácil, papá, he despegado las pegatinas y las he vuelto a pegar".

Llegados a este punto, algunos se preguntaran por el motivo de mi historia. Pues bien, la verdad es que no, no soy capaz de predecir los movimientos de la bolsa a partir de un cubo Rubik ni decido cuando invertir en función de los colores (estaría bien, ¿verdad?). La moraleja es algo más sutil y va ligada a la forma que tenemos de alcanzar aquello que nos proponemos. Dicen que para conseguir un objetivo existen diferentes caminos: algunos son más rápidos y otros más lentos; unos son más seguros y otros más peligrosos. Algunos caminos quizás sean más sencillos y otros pueden resultarnos muy complicados. Pero lo cierto es que, en bolsa y para el pequeño inversor, el camino más fácil y que siempre llega a buen puerto es aquel más largo. Por eso, la estrategia que os propongo (el “Buy and Hold”) es una de las más sencillas para las personas sin grandes conocimientos del mundo financiero. Como ya hemos comentado en posts anteriores, se trata de comprar, mantener y reinvertir los dividendos. Por ello, si haces las cosas bien no debes preocuparte de vender  o cuándo hacerlo (algo necesario en algunas estrategias y que supone una de las partes más difíciles). 

Así, en los próximos posts explicaré en que se basa la inversión a largo plazo. Hay tres puntos que considero fundamentales:
  • Elegir las empresas correctas.
  • Elegir el momento y precio adecuado.
  • Mantener las acciones y tener la psicología adecuada.

Un inversor que siga estos tres puntos de forma correcta tiene muchas posibilidades de llegar al final del camino. Pero en el post de hoy vamos a centrarnos en el primer punto: elegir las empresas adecuadas para el largo plazo. Si miramos cualquier índice bursátil (como el mercado continuo o el IBEX 35) veremos que hay una gran variedad de empresas. La mayoría de ellas se pueden clasificar en varios grupos:

  • Blue Chips; son empresas de gran capitalización bursátil (son grandes empresas), de calidad y estables. No suelen ser las empresas con mayor crecimiento, pero es difícil ver caídas bruscas en estos valores, por lo que a largo plazo suelen dar buenos resultados. Un blue chip del Ibex 35 es el Banco Santander.
  • Empresas de crecimiento; son empresas que pueden ofrecer crecimientos de beneficios y revalorizaciones bastante altas en un breve período de tiempo. Se suelen pagar a PER's bastante altos, ya que en el precio vienen descontada parte de esas revalorizaciones, pero el riesgo es bastante más alto que con el de los blue chips. Aquí podemos encontrar empresas tecnológicas, de innovación, empresas en expansión, etc. Una empresa de crecimiento es Gamesa.
  • Empresas cíclicas; son empresas que pasan de tener fuertes beneficios a tener beneficios bajos o entrar incluso en pérdidas, todo ello en función de los ciclos de la economía. Sus dividendos sufren las mismas oscilaciones que los beneficios, por lo que no son nada adecuadas para una estrategia de largo plazo. El PER es un parámetro muy peligroso a la hora de valorar estas empresas. Cementos porland es un ejemplo claro de empresa cíclica.
  • Chicharros; son empresas de baja calidad que entran en pérdidas con bastante frecuencia. Las cotizaciones sufren subidas y bajadas muy bruscas con las que se pueden conseguir revalorizaciones espectaculares (multiplicar por varias veces el capital invertido), pero lo más común especulando con chicharros es perder dinero. Todo inversor de largo plazo debería mantenerse alejado de este tipo de empresas. Un chicharro del mercado continuo es Codere.

Con esta clasificación queda claro que las empresas más adecuadas para el largo plazo son los blue chips pero, además, deberán cumplir una serie de características para decidirnos a invertir en ellas (como siempre, sabéis que me refiero a siguiendo el Buy and Hold). Así, deben cumplir lo siguiente:

  • Ser negocios de calidad, estables y con beneficios crecientes. Obviamente,  se debe invertir en empresas rentables, y que tengan beneficios constantes y crecientes año tras año. La rentabilidad de una inversión a largo plazo vendrá determinada por el crecimiento de los beneficios de la empresa.
  • Tener elevadas barreras de entrada. Las barreras de entrada son la dificultad que tienen las nuevas empresas para crecer y establecerse como competencia. Una empresa sin demasiada competencia puede tener unos márgenes de beneficios altos. En cambio, en sectores donde existe mucha competencia resulta obvio que los beneficios se resientan. Sectores como las eléctricas, construcción de infraestructuras, la banca comercial, etc., tienen unas barreras de entrada muy elevadas, ya que se necesita mucho dinero para que una nueva empresa se establezca como competencia en dichos sectores.
  • Ser marca o ventaja competitiva. Los monopolios o marcas muy potentes son ideales para la inversión a largo plazo ya que la marca en si supone una barrera de entrada muy elevada para la competencia. Es difícil encontrar estas empresas a buenos precios. Quizás deberemos pagar un poco más, pero los márgenes y los crecimientos suelen ser mayores.
  • Cuidar al accionista. La inversión a largo plazo se basa en la reinversión de dividendos. Por lo tanto, se deben seleccionar empresas con elevada rentabilidad por dividendo y, sobretodo, que puedan mantener y aumentar ese dividendo año tras año, por encima de la inflación.
  • Tengan elevados márgenes de beneficios. Indican cual es el porcentaje de beneficios que tiene una empresa sobre sus ventas. Las empresas con elevados márgenes de beneficios tienen la capacidad de reducirlos en caso de que surja competencia o surja un período de crisis. En cambio, las empresas sin margen de beneficios no tienen esa posibilidad.
  • Presenten baja deuda. Es dificíl encontrar empresas sin deuda o con deuda bastante baja, sobretodo en el Ibex 35. En muchas ocasiones, porque tener deuda es rentable para las empresas (los directivos deben ser capaces de obtener mayor rentabilidad que los intereses pagados) y en otras ocasiones porque es absolutamente necesario para poder crecer y obtener mayores beneficios. Excepto en casos excepcionales (donde una elevada deuda pueda suponer precios muy buenos de compra), se debe invertir en empresas con baja deuda o con deuda controlada. Siempre es recomendable comparar la deuda de una empresa con empresas del mismo sector.
  • Ser empresas con elevada capitalización bursátil. Empresas con capitalizacion bursátil menor de 1.000 - 2.000 millones de euros no suelen ser adecuadas para la inversión a largo plazo.
¿Te ha gustado el análisis? ¿Quieres saber que empresas considero más adecuadas para el largo plazo? Entonces.... ¡no te pierdas el próximo post!

PD. En posts venideros seguiremos analizando los dos puntos fundamentales que nos han quedado en el tintero para la inversión a largo plazo (cuándo y a que precio comprar, y la fortaleza psicológica necesaria para invertir en bolsa). Ahí es nada.

viernes, 10 de julio de 2015

Comprar barato en Bolsa (2): Rentabilidad por dividendo y Valor contable.


EL PORQUÉ DEL TÍTULO DEL BLOG: EL DIVIDENDO (y algunas cosillas más...)

Cuando decidí empezar a escribir este blog estuve varios días intentando decidir el nombre. Buff, hay muchísimos blogs sobre bolsa y casi todos los nombres que me venían a la cabeza ya estaban siendo usados... Hasta que finalmente decidí poner el nombre del elemento clave de la estrategia de inversión en la que me había iniciado: el dividendo, el "fruto" de las buenas inversiones con las que intentar mejorar mi futuro.

Así que vamos allá. Si en el post anterior vimos como decidir si una empresa estaba barata analizando el PER, hoy quiero comentaros otras dos formas de saber si una empresa está a buen precio: la rentabilidad por dividendo y el valor contable.


* Rentabilidad por dividendo

El dividendo es la parte del beneficio que la empresa entrega a sus accionistas. El concepto de rentabilidad por dividendo (RPD) surge de comparar el dividendo con la cotización de la empresa. Por ejemplo, si una empresa que cotiza a 100€/acción reparte un dividendo de 5€, tendrá una RPD del 5%.

Por norma general, cuando mayor sea la rentabilidad por dividendo, mejor. Esto es especialmente importante en una estrategia como el buy and hold, en la que se reinvierten los dividendos cobrados en la compra de más empresas. En estos momentos se pueden considerar baratas por RPD las empresas que dan más de un 4 - 4,5% de RPD. En momentos de fuerte crecimiento económico una RPD superior a un 3- 3,5 % puede ser una buena compra. Pero, como en la mayoría de casos, no debemos comprar un valor solo por la RPD,  sino que debemos hacer varias consideraciones.

  1. El pay-out. El pay-out es el % del beneficio que la empresa dedica al dividendo. Por ejemplo, una empresa con un pay-out del 70%, dedica un 30% a su propia financiación (abrir fábricas, renovar material, pagar deuda...) y un 70% lo reparte entre los accionistas en forma de dividendo. No hay una regla general para ajustar el pay-out ya que las circunstancias de cada empresa son distintas. De todas formas, si una empresa tiene un pay-out muy alto es probable que tenga que ajustarlo (porque no se financia sola) y, por lo tanto, disminuir el dividendo. También puede pasar lo contrario: una empresa con un pay-out bajo (porque quizás necesite invertir o reducir deuda) podría aumentarlo y, con ello, aumentar el dividendo.
    Ahora mismo hay empresas que tienen un pay-out muy alto, casi del 100%, como son Endesa, BME o Zardoya otis, y debemos tenerlo en cuenta a la hora de analizar la RPD. En el caso de BME debe valorarse que prácticamente no necesita inversión; esto puede ser positivo y negativo a la vez. Positivo, porque puede repartir dividendos mayores; y negativo, porque no puede invertir en la propia empresa para crecer más.
  2. Es mucho más importante el crecimiento del dividendo que la rentabilidad por dividendo inicial. ¿Qué quiero decir con ello? Pues que vale más comprar una empresa con RPD inicial al 3% y cuyo dividendo se incremente un 15% anualmente, que una empresa con RPD al 7% y cuyo dividendo crezca solo un 5% anual.
  3. En los mercados se pueden encontrar empresas con un dividendo muy alto. Esto puede deberse (o no) a que ha bajado mucho la cotización. En estos casos se deben analizar las causas de la bajada brusca y asegurase que es un "bache" temporal y no un deterioro permanente del negocio.
  4. En la estrategia del buy and hold debemos separar el dividendo ordinario del extraordinario. El ordinario es sostenible; en cambio, el extraordinario solo se reparte el año en cuestión por un beneficio extraordinario (venta de activos con plusvalías, etc.).
  5. No se deben confundir los script-dividends con dividendos. Las ampliaciones de capital sin recompra de acciones (script-dividend) no son dividendos reales.


* El valor contable

En primer lugar deberemos tener en cuenta el balance de la empresa, que se calcula de la siguiente forma:

Activo = Pasivo + Patrimonio Neto.

O (lo que es lo mismo)

Patrimonio Neto = Activo – Pasivo


El patrimonio neto es el valor teórico de la empresa,: Por ejemplo, si tenemos una empresa con instalaciones por valor de 200.000 € (activo) y una deuda de 150.000 €, su patrimonio neto seria de 50.000 € (Activo – Pasivo = Patrimonio Neto).
Si ajustamos el patrimonio neto al número de acciones, ya tenemos el valor contable por acción (VC). Pero el valor contable por acción debe compararse con la cotización. Si una empresa sólida y de calidad presenta un VC parecido a su cotización o menor, probablemente esté bastante barata.
Si la cotización es bastante mayor que el valor contable, ya debería analizarse con mucho más detenimiento; por lo tanto, en este caso lo más sencillo es no tener en cuenta este ratio.


Un ejemplo claro de empresas baratas por valor contable son los dos grandes bancos BBVA y Banco Santander. En condiciones normales suelen cotizar a 1,5 – 2 veces su valor contable, mientras que ahora mimo cotizan entre 0,9 y 1,1 veces dicho valor. Una vez salgamos de forma definitiva de la crisis (que todo llega algún día, ¿verdad?) y de las incertidumbres actuales, estas empresas podrían volver en poco tiempo a la normalidad respecto a su valor contable.


Conclusión: Si quieres obtener buenos resultados en bolsa la clave está en comprar buenas empresas a buenos precios (dicho así parece fácil, ¿verdad?). Para ello deberemos decidir si el precio al que encontramos una empresa será realmente una buena inversión (o no), teniendo en cuenta las tres "herramientas" que os he comentado en estos dos últimos posts: el PER, la rentabilidad por dividendo y el valor contable.
Aunque como siempre os digo, hay que recordar que en bolsa es mucho más importante el futuro de la empresa que cualquier dato del pasado. Los ratios que hemos visto solo nos indican el pasado reciente; por lo tanto, antes de invertir en una empresa debemos intentar "predecir" sus perspectivas de futuro (ahí queda dicho). Conseguirlo es lo que nos hará grandes inversores.

¿Qué te ha parecido el post? Espero tus comentarios 

domingo, 5 de julio de 2015

Comprar barato en bolsa 1: EL PER

Comprar barato en bolsa (1):  el PER

PER

La idea de este post surge después de una tarde de playa con los amigos, discutiendo sobre si el precio de la caña en la terraza del chiringuito playero (¡nada más y nada menos que 5€!) era justo que fuera más caro que en el bar de la esquina (por muy "chill out" que fuera el chiringuito en cuestión).

Dejando a un lado las cervezas -ya volveremos a ellas en el final del post-, en la estrategia que sigo (“buy and hold” y otras similares como el “Value Investing”) es muy importante comprar buenas empresas a buen precio. Lo primero que debe hacer un inversor es distinguir entre el precio y el valor. El precio es lo que se paga por esas empresas, es decir, la cotización. En cambio, el valor es algo más subjetivo; vendría a ser el precio justo de una empresa en un determinado momento y en unas determinadas circunstancias.
Algo que debemos tener en cuenta es que las empresas en bolsa no suelen cotizar en su precio justo. En determinados momentos están infravaloradas, muchas veces por el sentimiento de incertidumbre, pesimismo o miedo; y en otros momentos pueden estar sobrevaloradas, debido a la codicia de los inversores, el optimismo desmesurado, etc... El mejor momento para comprar es cuando el mercado pasa por un momento de miedo o incertidumbre, y las empresas lo reflejan en su cotización. Por poner uno de muchos ejemplos, en Julio de 2012 se vivieron momentos de pánico por la posible ruptura de la zona Euro. En ese preciso momento, ACS llegó a cotizar 10,84 € por acción, cuando hace poco cotizaba a más de 34 € por acción (y, con todo, a 34 € tampoco está excesivamente cara!). Cierto es que ahora mismo ACS está bastante más saneada y sus beneficios son mayores, pero en 2012 estuvo claramente infravalorada. También MAPFRE ha pasado de 1,3 € la acción a 3,6 € hace pocos meses; y así podríamos hablar de varias empresas del Ibex 35.

Si te digo que una empresa que cotiza a 20 € está más barata que otra que cotiza a 2 €, ¿qué te parece? La respuesta es clara: ¡La cotización no nos indica si está más cara o más barata! Cualquier inversor debería tener muy clara esta afirmación. Pero lo realmente difícil para el inversor será saber cual es el precio justo de una empresa. Existen diferentes ratios que pueden ayudarte a determinar si una empresa está cara o barata aunque, normalmente, solo reflejan el pasado de la empresa (y nunca hay que olvidar que lo más importante a la hora de invertir son los futuros resultados de dicha empresa.)

¿Caro o barato?

Y ahora es cuando entra en escena uno de los principales ratios a la hora de decidir cuánto pagamos por una empresa: el PER (Price Earnings Ratio). El PER equivale a la relación entre el precio y el beneficio, y se calcula dividiendo la cotización de la acción entre el beneficio de dicha acción.
Por ejemplo, si Iberdrola tiene una cotización de 6€ por acción y su beneficio en 2014 fue de 0,40 € por acción; entonces su PER 2014 será de 6/0,40 = 15 veces. ¿Y eso qué significa? Pues un PER 2014 = 15 veces querrá decir tardaremos 15 años en recuperar nuestra inversión via beneficios.

¿Cómo debe ser el PER de una empresa para decidirnos a invertir?

Por norma general, el PER cuando más bajo sea, mejor. Indica que más barata está la empresa. Una regla bastante sencilla, que utilizan muchos inversores, es comprar solo empresas con un PER menor de 14 - 15 veces. En un principio puede parecer bastante coherente, pero debemos tener en cuenta que el PER es solo un ratio más y se deben hacer varias consideraciones a la hora de valorar una empresa por PER. Es decir, no se debe comprar una empresa solo porque su PER sea muy bajo, pero tampoco debemos no comprarla por el hecho de que su PER sea mayor que 15.

Hay inversores utilizan el PER medio de los últimos 3 años. Puede darse el caso que un año los beneficios hayan sufrido ajustes contables que no reflejan de forma exacta la evolución de la empresa; de esta forma, una media de 3 años puede que se ajuste bastante más a la realidad.

* Consideraciones acerca del PER

- No sirve para valorar empresas cíclicas. Cuando estan en la parte baja del ciclo o en pérdidas cotizan a PER's altos (los inversores anticipan subidas y no tienen en cuenta los beneficios en la parte baja del ciclo); mientras que cuando su negocio está en pleno rendimiento cotizan a PER's bajos (los inversores anticipan que volverá a la parte baja del ciclo y recogen beneficios).

- No permite valorar empresas en crecimiento (considerando alto PER>15). Las grandes perspectivas de crecimiento pueden hacer que una empresa cotice a PER's muy altos (de 30 veces o más) y, aun así, puede resultar ser muy barata.

- No se puede asegurar que si la empresa A cotiza a un PER 15 sea más cara que una empresa B, que cotiza a PER 10. Podría darse el caso que la Empresa A tenga un crecimiento de beneficios alto y la empresa B esté estancada en crecimiento; de estar forma, podríamos recuperar la inversión via beneficios mucho antes con la empresa A. En conclusión, la empresa A sería mejor inversión y, por lo tanto, más barata.

Entonces... ¿de que depende el PER, además del BPA?

1. Del crecimiento esperado de la empresa. Una empresa de la que se espere un crecimiento alto, seguramente cotizará a un PER más elevado que una empresa con bajo creciemiento. En cierta manera, muchas empresas ajustan su cotización a su PER estimado. Es decir, ahora mismo algunas empresas cotizan a un PER 2015 igual a 15 veces pero, ¿cómo se puede calcular este PER 2015 si aún no tenemos ni sabemos el resultado empresarial de 2015? Pues gracias a la previsiones que realizan los analistas; ese es el BPA que se utiliza para calcular el PER.

2. Del sector de la empresa y de sus perspectivas. El sector suele influir mucho en el PER; ahora mismo las aseguradoras cotizan a un per medio de 10 -12 veces, mientras que las eléctricas cotizan a un PER 14-16 veces.

3. El PER histórico de la empresa. Debe tenerse en cuenta porque hay circunstancias que pueden hacer que una empresa cotice a un PER mayor del habitual y no por ello significa que esté cara. Por ejemplo, las empresas que no necesiten inversión y destinen el 100% de los beneficios a la retribución del accionista (dividendo) pueden cotizar a un PER más alto que una empresa similar.

4. Del momento y situación actual. En grandes crisis y momentos de pánico las empresas de calidad pueden llegar a cotizar a PER's muy bajos, de 8 o incluso menores. En cambio, en burbujas y momentos de euforia pueden contizar a PER's muy elevados. Es en esos momentos cuando hay que evitar comprar.

5. De los tipos de interés. Con tipos de interés altos, el PER de las empresas suele ser más bajo ya que la renta fija (Bonos del estado) puede ser una inversión más rentable y más segura que la bolsa. Así,  es de suponer que el dinero fluye de la bolsa a la renta fija. En cambio, cuando los tipos de interés son más bajos, la renta fija deja de ser una inversión atractiva y el dinero fluye hacia la bolsa.


Conclusión: el PER puede ayudarnos a decidir si una empresa está o no a un buen precio, pero se deben tener en cuenta otros parámetros para complementar la información de dicho ratio.

¿Qué te ha parecido el post? ¿Te será de utilidad? Si te ha gustado, deja tu comentario. Como siempre, agradecerte tu atención y colaboración.

PD. Por si te quedaste con las ganas, ¿cuál crees tu que debería ser el precio de la cervecita si tenemos en cuenta las vistas? :)


PER